miércoles, 26 de junio de 2013

El Aprendiz de Sabio



 
Caminaba el aprendiz de sabio por las laceradas calles de una ciudad occidental, cavilaba, pensaba y recordaba  los momentos de infortunio, miseria y desdicha que durante su vida había vivido, se sentía culpable por no haber culminado un sin fin de proyectos, se sentía culpable por el daño producido a otros sin querer, pero daño al fin, se sentía culpable porque al compararse con otro, el, no había consolidado nada, no tenía casa, ni esposa, ni hijos, su educación formal la había truncado por malas decisiones propias; y pensaba nuestro joven aprendiz: “ ah, las mujeres, mi gran debilidad, si tan solo hubiera sido  mas responsable, o hubiera pensado mas en vez de dejarme llevar por las emociones y las pasiones”.
Así caminaba con pasos cortos con la mirada baja, los hombros caídos,  el seño enterrado en reflexiones que a medida que recordaba iban llegando pensamientos que lo hacían sentir cada vez peor. Gruesas lágrimas rodaron por su ya no tersa piel. Frente a el se podía ver un parque de grandes y frondosos arboles, la caminaría, limpia, invitaba a deambular por allí, grandes girasoles se movían al compas del viento mirando continuamente a sol,  nuestro amigo tomo el camino de la izquierda, el de los girasoles, una banca invitaba al descanso y allí se poso nuestro amigo y mas que sentarse, se dejo caer como una madeja de fardos gastados por el mal uso.
 
¿Qué he hecho con mi vida?, se preguntaba, inclinando la cabeza, la poso entre las manos, luego levanto con desdén su frente y vio una imagen que cambio sus pensamientos, frente a el se iniciaba el ocaso lleno de arreboles, carmines, bermejos y escarlatas y los girasoles se entregaban a este espectáculo pintado cual gran obra de arte diseñada por Dios. Un pensamiento se empezó a definir en su mente, “no importa si llueve, hace viento, frío o calor, los girasoles miran fijamente al Sol”; no importa lo que pase en tu vida, mantén un objetivo, una dirección, una trayectoria, un camino  en la vida que siempre te lleve a ver la luz. A medida que cambiaba sus tendencia, mas pensamientos positivos llegaban a su mente, rápidamente se irguió como una vara de bambú, su expresión antes llorosa, triste y desdeñada paso a ser luminosa, grácil y  esplendente, un nuevo pensamiento llego a su mente: “tu eres el resultado de tus pensamientos, sentimientos y acciones, si cambias estos elementos obtendrás otros resultados, quizás los que tu quieres”. Al continuar reflexionando de esta manera sentía como si una descarga de energía llegaba al centro de su espalda, sentía como si la cabeza, antes pesada, ahora de llenaba de energía altamente positiva.
 
Dentro de este éxtasis giro su cabeza hacía el Sol y desde muy dentro de su ser salió otro pensamiento: “si te llegan estos pensamientos, o esta lectura, es porque estas preparado para cambiar y ser lo que tu quieras ser. Tu eres el Dios de tu mundo personal”.
 
Nuestro amigo se sentía extasiado por esta nueva forma de pensamiento, era como descargas de energía que lo conducían a lugares que nunca antes había explorado; como primer paso para experimentar en este nuevo nivel se pregunto ¿me gusta donde estoy en mi vida?, la respuesta no tardo en salir de su boca, No, una segunda pregunta se asomo, ¿que es lo que menos te gusta? Y la respuesta fue, mi inconstancia, debo terminar lo que me propongo, fijarme un camino que me ayude a crecer, madurar y obtener lo que deseo, debo estudiar y desarrollar habilidades, talentos, aptitudes que me ayuden a servir a la comunidad.
 
Casi no lo podía creer, hace muy poco tiempo era un ser sin ningún objetico en la vida y una sencilla y humilde flor le había dado la inspiración que necesitaba para construir un ser humano nuevo, sin embargo un nuevo pensamiento cobro forma en su mente, “un sueño sin acción es eso, un sueño, y el secreto del éxito es ese, la acción y la constancia”.
 
Pasaron los años, quizás diez y nuestro amigo había logrado el equilibrio en su vida, tenía un hogar, casa esposa e hijos, una profesión digna y lo que es más importante había desarrollado  humildad, respeto, responsabilidad, disciplina y lo que es mas importante, constancia. Un mensaje final… la gota de agua no rompe el mármol por su fuerza, sino por su constancia.
 
Para sus comentarios me pueden escribir a elartesanodelasalud@gmail.com o escúcheme todos los días de 9 a 10 de la mañana por sirioradiodigital.blogspot.com
 
Luis A. Cárdenas A.
Psicoterapeuta Gestal

    

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